12 de mayo de 2014

Adelanto de "Written in My Own Heart's Blood" (Octavo Libro)


La publicación original en inglés se encuentra en la página de Facebook de Diana Gabaldon.
Traducción: Patricia Ransom.





Aunque estaba fascinada escuchando las dramáticas circunstancias en las que William había descubierto quién era su padre, la verdadera preocupación de Jenny estaba en otro hombre joven.

“¿Sabes dónde está el joven Ian?” me preguntó impaciente, “¿y sabes si el encontró a la joven, la muchacha cuáquera sobre la que habló a su padre?” 

Me relajé un poco, gracias a Dios el asunto del joven Ian y Rachel Hunter no estaba entre las situaciones en crisis. Al menos por el momento.

“La encontró” dije sonriendo. “Y en relación a dónde está….. No le he visto hace días, pero él a menudo está fuera largos períodos. Es explorador para el ejército Continental, y como han estado en sus cuarteles de invierno de Valley Forge durante un largo tiempo, ha habido menos necesidad de explorar, pero pasa mucho tiempo allí porque allí está Rachel.” 

Jenny parpadeó.

“¿Ella está allí? ¿Por qué?” ¿Los cuáqueros no desaprueban la guerra y ese tipo de cosas?” 

“Bueno, más o menos. Pero su hermano, Denzell, es cirujano del ejército-es un verdadero médico no esos curanderos sanguijuelas que suele utilizar el ejército- y lleva en Valley Forge desde el pasado Noviembre. Rachel va y viene a Filadelfia- puede pasar a través de los manifestantes, así que transporta comida y suministros- pero trabaja con Denny, por lo que ella está allí durante más tiempo que aquí, ayudando con los pacientes.

“Háblame de ella” dijo Jenny, inclinándose atentamente. “¿es una buena muchacha? ¿Piensas que ama al joven Ian? Por lo que Ian me contó el chico está desesperadamente enamorado de ella pero no ha hablado con ella todavía, porque no sabe cómo se lo tomará – no está seguro que ella pueda estar con el siendo…….. lo que es él” Su rápido gesto abarcó toda la historia y condición del joven Ian, de ser un muchacho de las Tierras Altas a un guerrero Mohawk. 

“Bien sabe Dios que el nunca podría ser un buen cuáquero y espero que el joven Ian también lo sepa.”

Reí ante la idea aunque el asunto podría ser grave; no sabía lo que podía pensar una reunión cuáquera de ese tipo de unión, pero pensé que podrían ver con alarma esta perspectiva.

Aunque no sabía nada sobre el matrimonio cuáquero.

“Es muy buena chica” aseguré a Jenny. “Extremadamente sensible, muy capaz- y completamente enamorada de Ian, aunque creo que tampoco se lo ha dicho.”

“Ah. ¿Conoces a sus padres?” 

“No, ambos murieron cuando era una niña. Fue criada por una viuda cuáquera y cuando tenía unos dieciséis años empezó a encargarse del mantenimiento de la casa de su hermano.”

“¿Hablan de la pequeña chica cuáquera?” La Sra. Figg entró con un jarrón de rosas de verano, oliendo a mirra y a azúcar. Jenny inhaló profundamente y se sentó.

“Mercy Woodcok piensa lo mejor de ella. Va a verla cada vez que está en la ciudad para visitar a ese joven”

“¿Qué joven?” preguntó Jenny arqueando las cejas.

“El primo de William, Henry” me apresuré a explicar “Denzell y yo le operamos de urgencia durante el Invierno. Rachel conoce a ambos, a William y a Henry, y es muy amable por visitarle para ver como está. La Sra. Woodcok es su ama de llaves.”

Eso me recordó que tenía que ir a visitar a Henry hoy mismo. Había rumores de la retirada del ejército británico de la ciudad, y necesitaba asegurarme que el estuviera listo para viajar. Iba mejorando cuando lo visité hacía una semana pero en ese momento sólo era capaz de andar un par de pasos, apoyado en el brazo de la Sra. Woodcok. 

“¿Y qué tal está Mercy Woodcok?” pregunté con un pequeño pinchazo en la boca del estómago. Estaba claro para mí, y también para John, que había un serio y profundo afecto entre la mujer negra libre y su joven inquilino aristócrata. Yo había conocido al marido de Mercy, durante el éxodo del Fuerte Ticonderoga hacía un año, se encontraba muy malherido y no tenía ninguna información sobre él, pero estaba claro que debía haber muerto después de haber sido tomado como prisionero por el ejército inglés. 

Aún así, la posibilidad de que Walter Woodcok regresara milagrosamente de entre los muertos- la gente lo hacía, después de todo, y una pequeña pompa de alegría floreció en mi corazón ante el pensamiento- era el menor de los problemas. No podía imaginar que el hermano de John, el excelentísimo Duque de Pardloe, estuviera encantado de saber que su hijo más joven pretendía casarse con la viuda de un carpintero, con independencia de su color. 

Y después estaba su hija, Dottie, hablando de cuáqueros: se había comprometido con Denzell Hunter y me preguntaba qué pensaría el duque al respecto . John, al que le encantaba apostar, no me había dado mejores probabilidades para la cuestión entre Dottie y su padre. 

Sacudí la cabeza, descartando la docena de cosas sobre las que no podía hacer nada.

Durante este pequeño intervalo, parecía que Jenny y la Sra. Figg habían estado discutiendo sobre Willian y su abrupta salida de escena. 

“¿Me pregunto dónde habrá ido?” La Sra Figg miró con preocupación hacia la pared del hueco de la escalera, lleno de abolladuras salpicadas de sangre de los puños de William.

“ Se ha ido en busca de una botella, una pelea o una mujer” dijo Jenny con la autoridad que le daba ser una esposa, una hermana y una madre de hijos varones. “Quizá las tres cosas.”

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