7 de diciembre de 2015

#DailyLine Libro 9 (Adelanto): Segundo domingo de Adviento

Fuente/Source: Diana Gabaldon

El segundo domingo de Adviento, encendemos la segunda vela morada, como símbolo de la esperanza que nos precede; una luz en la oscuridad, una promesa de la luz más grande que está por llegar.



#DailyLine #LibroNueve #SinTítulo #SinTerminar #SinPublicar  (No, todavía no tengo ni idea de cuándo estará listo, pero se los haré saber.)

Come Tortugas tragó el último bocado de su guiso de pavo y emitió un sonoro eructo como agradecimiento en dirección a Rachel, luego le entregó su plato, diciendo, "Más", antes de reanudar la historia que había estado contando entre bocado y bocado. Afortunadamente, era sobre todo en Mohawk, mientras que las partes que habían sido en inglés, parecían tratar sobre uno de sus primos el cual había sufrido un destripamiento parcial muy cómico a raíz de un encuentro con un alce enfurecido.

Rachel tomó el plato y lo rellenó, mirando fijamente la parte trasera de la cabeza de Come Tortugas e imaginando la luz de Cristo brillando en él. Debido a una infancia huérfana y miserable, había tenido una práctica considerable en tal discernimiento, y era capaz de sonreír amablemente a Tortugas mientras colocaba el plato recién rellenado a sus pies, sin interrumpir sus gesticulaciones.

Considerando el lado bueno, reflexionó, mirando a la cuna,  la conversación de los hombres había apaciguado a Oggy hasta adormecerloCon un vistazo que captó la mirada de Ian y un gesto con la cabeza hacia la cuna, salió para disfrutar del placer más inusual de una madre: diez minutos a solas en el retrete.

Relajada en cuerpo y mente como se encontraba, estaba reacia a volver a la cabaña. Pensó brevemente en bajar caminando hacia la Casa Grande para visitar a Brianna y Claire, pero Jenny había bajado cuando se hizo evidente que los Mohawks pasarían la noche en la cabaña de los Murray. Rachel apreciaba mucho a su suegra, después de todo ella adoraba a Oggy y quería a Ian perdidamente, pero realmente no quería la compañía de ninguno de ellos en este momento.

La noche era fría pero no glacial y llevaba un grueso chal de lana. Una luna gibosa* se elevaba en medio de un campo de gloriosas estrellas y la paz del Cielo parecía susurrar desde el bosque de otoño, con el aroma punzante de las coníferas y un aroma más suave de las hojas moribundas. Se abrió paso con cuidado por el sendero que conducía al pozo, se detuvo a por un trago de agua fría y luego continuó, llegando, un cuarto de hora después, al borde de una formación rocosa desde la cual, de día, se divisaban las montañas y valles interminables. De noche, era como estar sentado en el borde de la eternidad.


La paz se filtró en su alma con el frío de la noche, ella la buscó y le dio la bienvenida. Pero todavía, en contraste con la gran tranquilidad que la rodeaba, había una parte inquieta en su mente y un ardor en su corazón.

Ian nunca le mentiría. Él se lo había dicho y ella le creyó. Pero no era lo suficientemente tonta como para pensar que eso significaba que él le había contado todo lo que podría querer saber. Y ella tenía muchas ganas de saber más sobre _Wakyo´tenyensnohnsa_, la mujer Mohawk que Ian había llamado Emily... y había amado.

Quizás ella estaba viva, quizás no. Si ella vivía... ¿cuál podría ser su situación?

Por primera vez, se le ocurrió preguntarse qué edad podría tener Emily, y cómo sería. Ian nunca lo había mencionado; ella nunca lo había preguntado. No había parecido importante, pero ahora...

Bien. Cuando lo encontrara solo, se lo preguntaría, sin más. Y con determinación, giró su cara hacia la luna y su corazón hacia su luz interior y se preparó para esperar.

[fin de la parte]

*Luna gibosa: (gibbous moon): fase intermedia entre la luna creciente y la luna llena. 

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